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Debió ser su mirada cansada de trasnochar lo que hizo que se acabara todo, debieron ser sus manos agotadas de escribir palabras, que, nunca llegaron a ser leídas. Pudo ser el hecho de sentir su ausencia, día y noche, dejar de oir el sonido de sus tacones al pasar por el parquet, su risa tonta, y sus sonrisas fieles. Quizás fueron sus pies cansados de andar buscándola, o su orgullo herido una y otra vez, puede que fuera su voz afónica de gritar su nombre. A lo mejor fue su piel helada de dejarle su mejor camisa, o quizás fueran sus labios atrofiados de esperarla, o quien sabe? A lo mejor fueron sus palmas deseando volver a tocar su piel, esa piel tan suave, pudieron ser también sus brazos, deseosos de abrazarla, fue su lujuria, lujuria por tenerla, por desearla, por quererla de vuelta en su cama. Pudo ser su olfato, extrañando su dulce olor a vainilla, sus oídos pudieron ser , solo querían oírla una vez más, lo que si que fue, fue su corazón, harto de romperse, se armó de valor y se fue dejándola atrás.